Universidad del Rosario
Cátedra Rosarista
Lina Domínguez Sarasti
Visita al Museo del Arte Colonial-Taller El Oficio del Pintor
Como actividad académica para la clase de Cátedra Rosarista: el Arte en el Colegio Mayor del Rosario, fuimos al Museo del Arte Colonial; donde se encontraba expuesta, en el segundo piso, una presentación sobre las obras e historia de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos. Inicialmente, el recorrido empieza con una estatua del artista, al pie de las escaleras, con una tabla de pintura y un pince en la mano. Posteriormente, y ya dentro del aula destinada al artista, encontramos una división tripartita. Inicialmente vemos una sección de historia, donde se presenta una línea del tiempo sobre el artista y su contexto histórico, junto con explicaciones sobre el arte y todo lo relacionado con los talleres de pintura de aquella época. En la segunda sección, vimos un montaje escenográfico de lo que era el taller de Gregorio, y finalmente, en la última sección, se mostraron una de sus más importantes obras, tanto en tela como en madera, y ejemplos de pinturas que fueron inicialmente pintadas sobre papel y posteriormente llevadas al cuadro.
Dentro de la historia del salón, me llamó mucho la atención la manera en que los padres debían de ceder la patria potestad al pintor encargado del taller, para que su hijo pudiera hacer parte de ella. El artista se tenía que hacerse cargo de su alimentación, vestimenta, educación, etc. adicionalmente, habían nivel de aprendices, entre más tiempo llevaran estudiando junto al artista más importancia tenían, y sólo podían entrar desde los 12 años.
Todo su arte es muestra intachable del arte barroco que se vivió durante la época colonial, es decir, durante los siglos XVII y XVIII. Son en general, obras pictóricas que representan personajes de la religión, con la intención de evangelizar la educación, y que manejan una tonalidad oscura. Además, como todos los pintores latinoamericanos que aprendieron del arte por medio de la observación, empiezan a ponerle a sus pinturas detalles un poco más latinos, dejando de lado los rostros europeos y empezando a pintar personajes más indígenas junto con frutas, que representan la conexión indígena con la naturaleza.
La mayoría de los pintores de le época pertenecían a grupos de artesanos, sin olvidar a aquellos sacerdotes y alférez que también se destacaron en el arte, pero quienes lo utilizaban como una actividad adicional, ya que no era económicamente aportante. Aprendieron el arte barroco gracias a las estampillas católicas que el reino español enviaba a las colonias para impulsar el catolicismo.
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