Presidente de Colombia, nacido en Cartagena de Indias el 22 de diciembre de 1776, muerto en Bogotá, el 23 de Febrero de 1835.
En el proceso histórico de la revolución de independencia de Colombia, José María Eusebio Carlos del Rosario del Castillo y Rada tuvo un importante papel en la organización del sistema económico y fiscal del naciente Estado. Su padre era un militar español que fue jefe del batallón Fijo, el cuerpo más importante de las milicias en el Virreinato del Nuevo Reino de Granada; su madre era hija de los condes de Alicante. Por ello, su educación fue muy selecta, propia de la aristocracia cartagenera; allí aprendió sus primeras letras e hizo sus estudios secundarios. Huérfano de padre y madre a los diez años, sus familiares lo enviaron a Santafé de Bogotá, donde vistió la beca en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Allí realizó sus estudios de latinidad y humanidades, y en la antigua Universidad de Santo Tomás cursó los estudios de filosofía y jurisprudencia durante ocho años, después de los cuales obtuvo el doctorado en Derecho Civil.
En 1802 fue recibido oficialmente como abogado por la Real Audiencia de Santafé de Bogotá, y luego, en los Reales Consejos y Audiencias de todas las Indias. Castillo y Rada ejerció su profesión con éxito en la década siguiente. Después de terminar sus estudios, se trasladó a Cartagena, donde recibió notables influencias en los temas de su predilección: la política, la filosofía y la economía. Participó en las tertulias que se hacían en la residencia de José María del Real, en las cuales se discutían las obras de Rousseau y Voltaire. En la misma forma, influyeron las ideas económicas de Antonio Narváez y La Torre y José Ignacio de Pombo, quienes en sus informes dieron a conocer la situación económica de la Provincia de Cartagena. Narváez consideraba el librecambismo como un camino seguro para impulsar el desarrollo económico de la Nueva Granada; por su parte, José Ignacio de Pombo planteaba la necesidad de acabar con el sistema tributario colonial, y recomendaba los estudios geográficos y económicos en el país.
En Santafé de Bogotá, Castillo y Rada ejerció la cátedra de filosofía en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, y luego la de Derecho Civil, por renuncia aceptada al prócer Camilo Torres en 1809. Entre los años 1809 y 1811 participó en los movimientos revolucionarios que culminaron en la Declaración de Independencia Absoluta de Cartagena, el 11 de noviembre de 1811, en la cual desempeñó un importante papel. En 1812, Castillo y Rada fue elegido diputado por las provincias de Tunja y Mariquita ante el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Fue decisivo para la reconciliación entre los centralistas y los federalistas. Desempeñó con lucimiento la gobernación de la entonces llamada República de Tunja, que aprobó su independencia absoluta el 10 de diciembre de 1813; el acta fue sancionada el 19 de diciembre por el gobernador Castillo y Rada. En 1814 se asoció con el prócer José Fernández Madrid, con quien redactó el periódico Argos de la Nueva Granada.
José María del Castillo y Rada hizo parte del primer triunvirato de la Nueva Granada, en condición de suplente, junto con los próceres José Joaquín Camacho y José Fernández Madrid. Este triunvirato interino se instaló el 5 de octubre de 1814 y gobernó hasta enero de 1815, cuando entró a presidirlo Custodio García Rovira. Durante el régimen del terror, Castillo fue sentenciado a muerte por el pacificador Pablo Morillo, y fue encerrado en el edificio del Colegio Mayor del Rosario. Sin embargo, numerosas mujeres santafereñas intervinieron ante Morillo para que se le otorgara el indulto. Con la influencia del jefe peninsular Carlos Tolrá, se le conmutó la pena de muerte por la del presidio en Omoa. Sin embargo, Castillo y Rada fue confinado en Panamá durante un año y luego fue trasladado a Cartagena de Indias, donde permaneció hasta julio de 1820, sufriendo su condena en trabajos forzados. Fue liberado por las tropas del general Mariano Montilla, que llegaron como libertadores a la Ciudad Heroica.
Castillo y Rada participó en el Congreso de Cúcuta en 1821, en representación de las provincias de Neiva, Pamplona y Cartagena. Cuando el Precursor Antonio Nariño renunció al cargo de vicepresidente de Colombia, Castillo fue designado para reemplazarlo. en su carácter de interino. Posteriormente, cuando fueron nombrados el Libertador Simón Bolívar como presidente de Colombia y el general Francisco de Paula Santander como vicepresidente, el nuevo gobierno encomendó la cartera de Hacienda a Castillo y Rada. Le correspondió la organización económica de la Gran Colombia; fue el primer hacendista en la historia nacional. Propuso la contribución directa y la eliminación de todos los privilegios que tenía la Iglesia católica en el poder y la economía. Se propuso eliminar la gran mayoría de los impuestos coloniales y, sobre todo, las trabas que impedían el progreso de la industria y el comercio en la Gran Colombia. Para el fortalecimiento de la economía consideró muy importante la iniciativa privada, pues ella lleva a la producción de grandes riquezas.
En sus últimos años alternó (rodeado del respeto de sus alumnos y conciudadanos) la docencia con las responsabilidades de Representante a la Cámara y Senador, y desde 1832, con la rectoría del Colegio Mayor del Rosario, hasta su muerte tres años después.
En la Universidad del Rosario existe un premio denominado “Premio Bienal de Extensión José María del Castillo y Rada”, cuyo obejtivo es: constituirse como un mecanismo para reconocer la labor de los estudiantes, profesores y/o funcionarios de la Universidad que lideran y/o participan en el diseño y ejecución de iniciativas de extensión en cualquiera de sus expresiones (educación continuada, asesorías y consultorías, prácticas y pasantías, extensión cultural, gestión social y/o emprendimiento)
La figura de Castillo y Rada siempre estará unida, por mil motivos, al Colegio del Rosario. Don Medardo Rivas en el boceto biográfico que trazó de Castillo y Rada dirá lo siguiente: “El Colegio de Nuestra Señora del Rosario, que fue la cuna de su grandeza, fue más tarde la cárcel estrecha de sus sufrimientos, la tribuna de sus enseñanzas, el templo de sus adoraciones y la tumba que guarda hoy sus cenizas”.
En 1935, cuando se cumplió el primer centenario de su muerte, se descubrió una lápida en su tumba del Colegio del Rosario, que lleva la siguiente leyenda, que es una afortunada síntesis de lo que fue su vida y obra:
“CIEN AÑOS HA FALTA EN ESTE COLEGIO MAYOR Y A LA REPÚBLICA JOSE MARIA DEL CASTILLO Y RADA, LUZ DE LOS FUNDADORES DE LA GRAN COLOMBIA, CONSERVADOR DE LA PATRIA, DE LAS LEYES Y DE LA LIBERTAD QUE LE COSTÓ DESTIERRO.
NACIÓ EN CARTAGENA EL 22 DE DICIEMBRE DE 1776. ENSEÑÓ LA FILOSOFÍA EN ESTAS AULAS CON LAS DOCTRINAS Y FUERA DE ELLAS.
CON SU VIDA NOBLE Y PURA, BOLÍVAR, SANTANDER Y EL PUEBLO LE DIERON AMPLÍSIMOS HONORES.
RIGIÓ TODAS LAS MAGISTRATURAS, FORMÓ LA RIQUEZA NACIONAL Y CONSULTANDO MÁS LA MAGNANIMIDAD QUE EL AGRADECIMIENTO, LA GASTÓ GENEROSAMENTE EN LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ.
COLEGIAL, CONSILIARIO Y RECTOR DE ESTE CLAUSTRO, LO GOBERNÓ CON AMOR Y SABIDURÍA.
MURIÓ EL 23 DE FEBRERO DE 1835 Y AQUÍ REPOSA Y AÚN ENSEÑA CON SUS ALTOS EJEMPLOS”
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