El Rector Perpertuo

Cristóbal de Araque y Ponce León de Orozco nació en Pamplona, hijo del corregidor del teniente y capitán general de la ciudad de Pamplona, don Cristóbal de Araque y Ponce de León y de doña Brígida de Orozco de Hoyos y Alarcón.

En 1631 ingresó como colegial al colegio Seminario de San Bartolomé. Posteriormente la Universidad de San Francisco de Javier le confirió los grados de bachiller en artes, el 18 de mayo de 1635, de maestro de filosofía, el 25 de abril de 1636 y de licenciado y doctor en sagrada teología, el 17 de agosto de1639. Fue nombrado cura de Pamplona y luego provisor del arzobispado de Santafé. El 6 de diciembre de 1658 tomó posesión como racionero de la catedral.

En 1653 ocupó el cargo de provisor y vicario general del arzobispado de Santafé. Araque Ponce de León fue nombrado primer rector del Colegio Mayor del Rosario, tras haber revocado el nombramiento de Fray Tomás de Navarro.

El arzobispo don Cristóbal Torres y Motones lo nombro como rector perpetuo “por ser persona tan conocidamente ilustre, tan virtuoso, tan inteligente en materia de gobierno, tan aficionado a nuestra persona y a nuestras cosas y tan poderoso en haciendas y tan bien emparentado que nos dará a nosotros y a nuestros sucesores toda la seguridad que le pidiéramos y ejecutará con toda puntualidad el darnos cuenta todos los años de su administración”. Y le había encomendado que intercediera ante el rey de España para que se le hiciera justicia en su petición de aprobar las constituciones o estatutos por los cuales se debía regir el Colegio Mayor; igualmente que los padres fray Tomás Navarro y fray Juan del Rosario le entregaran el Colegio Mayor.

El doctor Araque debió viajar a Madrid para atender una acusación que se le había hecho “atribuyéndole parcialidad al ejecutar sanciones eclesiásticas y coartar la intervención civil en el fuero eclesiástico”. El viaje lo realizó en febrero de 1662 y aprovecho la ocasión, en compañía del Gonzalo Suárez de San Martin, el otro albacea testamentario, que se hallaba en la corte española, hacer cumplir la voluntad del fundador y así fue como el 12 de julio de 1664 Felipe IV de España aprobó las constituciones que había redactado el fundador con los mismos honores y privilegios del Colegio Mayor del arzobispo de Fonseca en Salamanca. Igualmente asumió el patronato del Cofundador, el cargo de rector perpetuo en el doctor Cristóbal de Araque y Ponce de León. En consecuencia, en su calidad de patrón, le dio la orden a la Real Audiencia de Santafé para que “haga salir del Colegio a fray Tomás Navarro y al presentado fray Juan del Rosario… y ponga en posesión del rectorato a don Cristóbal de Araque”; por último, le dio facultad al rector perpetuo para nombrar como vicerrector "al sujeto de su más segura confianza”. El escogido fue el presbítero y bachiller don Juan Peláez Sotelo, al cual nombró por intermedio de su apoderado en Santafé, el racionero de la Catedral, doctor don Antonio Machado de Chávez.

El mérito del doctor Araque radicó en que, gracias a su oportuna intervención, el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario fuera entregado a los colegiales.

Falleció en Madrid cuando había sido ascendido a maestrescuela de la catedral de Cartagena.

En 1817 el rector doctor don Domingo Tomás de Burgos le solicitó a las autoridades de Santafé, que le tomaran declaración al maestro Pedro José Figueroa, sobre porqué había hecho una copia del retrato del rector perpetuo don Cristóbal Araque Ponce de León para el Colegio San Bartolomé y “si el mudó la beca blanca en encarnada” y por orden de quien lo había realizado. El pintor respondió que tenía 39 años y que “saco de copia de este retrato de orden de don Nicolás Mauricio de Omaña, pero que aunque este mismo le dio el dinero de su importe no sabe si sería de su propio peculio… que se retrató como tomista con la beca de san Bartolomé encima de la mesa… que se colocó este retrato en la sala rectoral del San Bartolomé”. Lo cual aclara que el retrato del rector perpetuo que se halla en el aula máxima del Rosario es el original.  

    

Su retrato, austero y firme, muestra la blanca banda de la beca compuesta con originalidad no dable en ningún otro de lo que figuran en la colección, y revela a un buen pintor santafereño muy probablemente vinculado al taller de la familia Figueroa. El dibujo y la técnica pictórica denuncian la mano de Gregorio Vásquez Ceballos, pero hay en la concepción general y en la pintura del rostro una firmeza digna de la mejor estirpe española, que en algunos momentos felices tuvo su maestro Baltasar de Figueroa. La leyenda sobre la franja blanca inferior, colocada después, si bien es útil como documento, daña la noble composición y quizás oculte la firma del autor. 

Rector Cristóbal Araque de Ponce y León (siglo XVII)

Retrato de medio en el que el cuerpo del rector Cristóbal Araque prácticamente se fusiona con el fondo oscuro haciendo más visible tanto el rostro como las manos. Estas representan un manejo especial de la beca la cual termina por favorecer un recorrido visual de las manos hacia el rostro. El tratamiento de la letra en la cartela posee un singular valor visual.

Bibliografía

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